RENACER DE LAS CENIZAS
Casi siempre que sucede algo nefasto, negativo, imprevisto y hasta sorpresivo en la vida de los humanos la primera reacción es la que cualquier parroquiano asume cuando le dan un golpe: un dolor profundo entre el estómago y el pecho, tanto que no se puede respirar y no se puede asimilar hasta que brotan de los ojos las primeras lágrimas... y allí no se sabe si son lágrimas de dolor físico o moral.
Y comienza una especie de calvario que nos lleva a retomar cada instante de lo sucedido, en psicología sino estoy mal se llama asumir, porque es algo asi como un devolver lenta y conscientemente la película, retomar cada paso, analizarlo y asimilarlo con todos sus detalles. Y es cierto, es un calvario porque llevamos una cruz a cuestas: por el dolor indescriptible, el peso de los recuerdos, los clavos atravesados en el orgullo propio y la más temible sensación de soledad, cuando cegados por tanta cosa, no percibimos que no lo estamos.
Pero así como cuando Jesús llevó su cruz a cuestas rumbo al Gólgota y un hombre casi obligado le ayudó a sobrellevar la carga, nosotros también tenemos quién nos ayude a soportar la nuestra propia. Para hablarlo en términos muy generales para creyentes y no tanto, se trata de Dios, la fuerza de voluntad, la fé misma o la misma dinámica física que otorga el movimiento, con el hecho de caer, 'aporriarse', 'sobarse', levantar la cara, limpiarse las rodillas, ponerse de pie, secarse la lagrimas, alzar la mirada y seguir caminando, esa misma dinámica que lleva nuestra carga o cruz personal.
En el simple hecho de levantarse y seguir caminando está, a mi modo de ver, se debe al ave fenix. Risible o iluso? si, puede ser. Pero es cierto, esta mitológica ave de buen augurio de la cultura china, citada hasta en la biblia por Job y cuya esencia de fuego nos muestra que aunque puede vivir en todo el universo, donque ella quiera, solo se posa en su arbol y nos enseña también su capacidad de renacimiento a partir de las cenizas.
Entonces cuando nos caemos del estante y el estrepitoso golpe nos deja atónitos, allí mismo casi instantaneamente comienza un milagro: nuestra capacidad de levantarnos inspirada, para quienes lo buscan, por Dios; motivada por las lecturas, los consejos y manos generosas de los amigos verdaderos o sencillamente por la misma fuerza de voluntad del humano.
Apelamos a levantarnos, como el hecho de renacer de las cenizas, recoger los pedazos, volver a pegarlos y darles forma, puede que no queden igual a la figura original, pero resarcidos si y con el tiempo hasta se transforman en figuras mejoradas, listas para embestir nuevas luchas personales, pues como dice un publicitaria frase: "los heroes en Colombia si existen" y en el particular como ciudadanos comunes, combatimos a diario contra las miles adversidades que se presenten, pequeñas o grandes, pero las enfrentamos, hasta las embastimos y casi siempre las ganamos.
Ahora, una más que llegue porque no habremos de ganarla? Seamos aves fenix, coloquemos la cabeza en el cielo, llenemonos de la energía vital que da el sol, pongamosle alas a nuestros brazos para volver a volar, tengamos las 'patas' en la tierra y busquemos el ser superior que nos inspire con su palabra sabia, que nos ponga gente amiga con buen consejo, que nos brinde lecturas provechosas y enriquecedoras que formen nuestro caracter, para estar mejor preparados por si nuevamente nos llegamos caer.